1.- Los niños con TEA suelen ser muy organizados y les cuesta digerir bien los cambios. Por eso, lo 1º que recomendamos es que tenga 1 agenda / panel (diario, semanal o mensual) perfectamente estructurada.
Así puede prepararse o mentalizarse de todo lo que va a ocurrir a continuación (aproximadamente a lo largo de la 1º hora).
Los soportes visuales deben ajustarse a cada niño/a con autismo. Pueden utilizarse objetos, pictogramas, palabras, o fotografías dependiendo del nivel de comprensión del niño/a. Podemos empezar por anticiparle dos rutinas e iremos incrementando con el tiempo.
2.- Es muy importante coordinarse estrechamente con el tutor/a del niño para establecer en conjunto un calendario preciso y anticipando con tiempo por ejemplo para saber que pruebas a realizar y pueda prepararse con suficiente antelación en casa, salidas que se vayan a realizar en el colegio, actividades programadas dentro de la jornada escolar (cuentacuentos en la biblioteca, asistencia a obra de teatro escenificada por compañeros…) Todo esto debe anticiparse. Será de vital ayuda y se sentirá más tranquilo.
3.- ES IMPORTANTE QUE TENGA UNAS RUTINAS Y HORARIOS. AYÚDATE DE PICTOGRAMAS
Es necesario que él pueda conocer su horario, y sepa qué pasará a lo largo del día. Para esto puedes usar pictogramas, categorizando las actividades de acuerdo con el tiempo de comidas, higiene (bañarse, lavarse las manos, cepillarse los dientes), actividades académicas y tiempo libre. Para crear pictogramas puedes utilizar la página de “pictotraductor” en el cual podrás colocar palabras y él te recomendará una serie de dibujos asociados.
Algunas recomendaciones para sus horarios:
- Para que no se sature, los tiempos de cada tarea no deben ser muy extensos.
- Aunque no salgáis de casa, es importante que pueda anticipar cada tarea a realizar; sobre todo si es novedosa.
- Involúcralo en algunas tareas del hogar, por ejemplo: ayudarte a cocinar, poner la mesa, arreglar su cuarto, barrer el cuarto, entre otras. Es importante que las tareas estén adaptadas a su edad.
4.- Evitar, en medida de lo posible, estímulos sonoros. Ya sabréis que los ruidos lo estresan. Cuanto más tranquilos sean los ambientes, mejor. Si vais a hacer actividades con audio, házselo saber y busca un volumen con el que se sienta cómodo.
Prepara un espacio para el aprendizaje y procura que siempre se mantenga igual, los niños autistas tienen problemas con los sitios caóticos o cambiantes.
Deja que el niño cree su propia estructura de aprendizaje. A veces pueden incluir algunos objetos o conductas que les ayudan a retener la información, debes permitir que los use y aprenda a su manera. También debes respetar sus movimientos autoestimulantes como mover las manos de forma inquieta, que son comunes en niños autistas.
No le toques de forma repentina ya que puede enfadarse o incluso sentir dolor. Recuerda que los niños autistas son muy sensibles a los estímulos y sólo debes tocarles cuando sea necesario (si sufren una crisis o necesitan atención médica.) También evita los ruidos fuertes ya que les sobrecargan sensorialmente y también pueden hacerles daño.
5.- La importancia de las rutinas.
Las rutinas son muy importantes para el niño con autismo ya que estimulan la seguridad en sí mismo, le hacen sentirse más cómodo en su entorno, a la vez que le facilitan el aprendizaje de determinados hábitos y conductas sociales. Por eso es fundamental que instaures hábitos en su vida cotidiana que le ayuden a ser cada vez más independiente. Al inicio puedes empezar por hábitos sencillos como lavarse las manos antes de comer o cepillarse los dientes antes de acostarse y, más tarde pasar a rutinas más complejas como recoger sus juguetes después de jugar o poner la mesa.
6.- Utiliza un lenguaje claro y tono suave con él.
Todos los niños autistas pueden aprender, lo que necesitan es un método que les ayude a asimilar la información. Empieza por no darles órdenes o explicaciones demasiado extensas, ya que pueden tener problemas para procesar la información, sobre todo cuando reciben mucha información de golpe porque pueden llegar a bloquearse y entrar en pánico. Es mucho mejor que les presentes la información de forma gradual.
Los niños autistas también tienen problemas para procesar la información cuando se les presenta de forma oral. Es mejor darles las explicaciones de manera escrita, para que puedan leerlas y las asimilen mejor. Si les pones algún programa o vídeo educativo intenta que tenga subtítulos, así lo entenderán más fácilmente.
7.- Ser firmes y poner límites.
Las normas dentro del hogar son necesarias en cualquier familia. Poner límites puede resultar complicado, pero a la larga repercute positivamente en el desarrollo emocional del niño/a con autismo o no.
¿Qué normas poner? Educar es una tarea compleja y cada familia establece las normas según su criterio, pero es importante que no se haga distinción por el hecho de tener autismo o no. La forma de hacerle entender las normas a un niño/a con autismo quizás sea diferente y por ello tendremos que asegurarnos que sean comprensibles.
8.- Motívalo constantemente: Una de las cosas que más le cuestan a un niño con autismo es involucrarse en nuevas tareas o planes que se salgan de su rutina habitual. Sin embargo, tener nuevas metas y hacer actividades diferentes no solo le ayudan a abrirse al mundo y mejorar la comunicación, sino que también le permiten conocer más sobre el entorno que le rodea. Por eso es importante que motives continuamente al pequeño a hacer cosas nuevas: practicar deporte, inscribirlo a un taller sobre un tema que le apasiona o simplemente planificar algo que se salga de su cotidianeidad, como ir de paseo a un parque infantil diferente.
Cada niño autista tiene su propia forma de responder a las estrategias educativas, aun así, hay varios métodos que se pueden usar para que alcancen sus objetivos académicos. Para saber cómo educar a un niño autista, tienes que conocer métodos que se centren en los síntomas del autismo como los problemas de comunicación, las habilidades sociales y los problemas sensoriales.
9.- Juega con él.
El juego es una de las actividades que más estimulan a un niño y, en especial, a un pequeño con autismo. Se trata de una estrategia excelente para ayudarle a desarrollar sus habilidades psicomotoras y comunicativas, estimular el lenguaje y fomentar un clima de bienestar en el hogar. Además, jugar con el niño contribuirá a fortalecer vuestro vínculo emocional. Existen muchísimos juegos con los que puedes entretener a tu hijo y a la vez estimular el lenguaje y la comunicación, solo es cuestión de encontrar aquellos juegos que más le gusten.
10.- Estrategias para problemas sociales y de conducta.
Usa los intereses del niño para hacer que le resulte más fácil aprender. Si al niño le gustan los coches, puedes enseñarle geografía usando un coche de juguete para recorrer mapas. Intenta educarlo de maneras creativas ya que así estará más dispuesto a aprender.
El ejemplo de otros niños también puede ser muy útil. Los niños pequeños pueden aprender tareas sencillas al ver cómo las realizan sus compañeros, si un niño autista tiene problemas con los colores, conviene hacerle trabajar con otro que sea bueno en esta área. Un niño autista puede aprender una conducta al ver a otro niño desempeñándola.
Léele al niño historias que le enseñen las conductas adecuadas para distintas situaciones, este tipo de historias son conocidas como historias sociales y son relatos breves que describen comportamientos sociales. También puede aprender a identificar las emociones de otros si le cuentas una historia sobre un niño que esté contento y le muestras dibujos de caras sonrientes para ponerle ejemplos de alegría.
Haz un horario para el niño que le evite imprevistos, los niños autistas se sienten más seguros siguiendo una rutina diaria, y les será más agradable ponerse a estudiar si forma parte de su horario.
11.- Observa e investiga
Los niños con autismo tienen conductas que no sabemos a qué obedecen, por ejemplo: balancearse, aletear, desnudarse, … Para poder redirigir o extinguir dichas conductas es necesario que las analices. No olvides que siempre tienen una causa y cumplen una función.
Reñirles o distraerlos para que dejen de hacerlo no conseguirá que la conducta desaparezca. Con la ayuda de un profesional realiza un análisis funcional mediante un registro. Mientras tanto trata de no ponerte nervioso/a y escribe en una hoja qué estaba realizando cuando empezó la conducta, quién estaba presente, cómo se siente cuando la realiza, hora y espacio en la que tiene lugar… Anota durante varias semanas para posteriormente ver qué aspectos se suelen repetir.
Se trata de convertirse en pequeños detectives y poder llegar al origen de la conducta o “manía”. Por otro lado, poder observar sin juzgar la conducta de tu hijo/a te ayudará a conocerlo mejor.