SÍNDROME DOWN E INCLUSIÓN
Como ya todos sabéis el Síndrome Down se produce por una alteración genética debido a la presencia de un cromosoma extra o parte de este en el par 21, por eso es conocido también como Trisomía 21.
Su diagnóstico corresponde a los servicios sanitarios, prenatal o perinatal, con lo cual el alumnado con este síndrome se incorpora a la escuela diagnosticados.
Los niños/as con síndrome Down suelen tener un carácter desinhibido, desenfadados, dulces, cariñosos, divertidos, agradables, con un estado anímico positivo, gran capacidad de imitación, juguetones, generosos aunque también poseen, en general, otros rasgos más negativos como una personalidad pasiva, con bajo nivel de actividad, tozudez, menor perseverancia en las tareas y una mayor capacidad de distracción en comparación con el resto de los niños, aunque cabe decir que entre las personas con síndrome de Down se encuentra una rica variedad de temperamentos, tan amplia como la que aparece en la población general.
Tenerlos en el aula puede convertirse en un reto para cualquier profesor/a.
Se trata de alumnado con discapacidad intelectual y poseen limitaciones en el funcionamiento intelectual y del comportamiento adaptativo.
Las limitaciones intelectuales, afectan a su razonamiento, resolución de problemas, planificación, al razonamiento abstracto, al aprendizaje a través de la experiencia y al aprendizaje académico.
Las limitaciones en su capacidad de adaptación afectan a la comunicación, participación social y a su autonomía en diferentes entornos.
Las orientaciones en el proceso de escolarización parten de la legislación educativa vigente, la Ley Orgánica 3/2020, de 29 de diciembre, por la que se modifica la Ley Orgánica 2/2006, de 3 de mayo, de Educación y normativa de atención a la diversidad, la cual nos indica que se promoverá la escolarización de dicho alumnado en centros ordinarios y su presencia en el grupo ordinario, también la participación en actividades grupales y el progreso en su aprendizaje. Todo esto se recoge en el proyecto educativo y en el plan de atención a la diversidad entre otros documentos de planificación y funcionamiento del centro.
La escolarización del alumnado con Síndrome Down se regirá por los principios de equidad, inclusión e igualdad de oportunidades de acceso y permanencia en el sistema educativo y de este modo se diseñará un contexto educativo en el que todos estén presentes, participen y aprendan con los apoyos y adaptaciones necesarias.
Conviene que tengan un maestro estable para que disponga de un referente y se favorecerá la coordinación con la familia del alumno y equipo docente, así como la colaboración con otros profesionales y entidades. La figura del cuidador es también fundamental en el trabajo con estos niños y niñas, ya que le dará apoyo en las tareas de autonomía y será una persona cercana, que esté en contacto con sus necesidades y también apoye en el contacto con la familia.
Ahora bien, la inclusión es un beneficio de todos. La sociedad y diversidad van de la mano. Nuestras aulas son micro sociedades, y es necesario que todos se formen en un aula ordinaria, así, la persona con síndrome Down u otras necesidades educativas, se encontrarán en un ambiente real hasta llegar a su vida adulta. En esta inclusión – integración se benefician todos, ya que aprenden valores como la tolerancia, el respeto, convivencia y empatía, entre otros.
ORIENTACIONES PARA EL TRABAJO EN EL AULA CON NIÑOS Y NIÑAS CON SÍNDROME DE DOWN
El profesorado debe estar informado sobre las conclusiones de la evaluación psicopedagógica, sobre sus necesidades e intervención educativa. Se promoverán la investigación de prácticas educativas y se potenciará la autoestima del alumno/a, valorando su progreso y metas alcanzadas. También se favorecerá la inclusión y las prácticas que la fomenten, la participación en todas las actividades fuera del aula evitando el aislamiento…
Respecto a las orientaciones metodológicas en el aula:
- Se transmitirá la información mediante frases cortas, claras vocalizando bien, buena pronunciación y asegurándose de contar con su atención y verificando la comprensión.
- Ofrecer información paso a paso para realizar actividades y graduar la dificultad de estas. Valorar el esfuerzo sobre el resultado.
- Utilizar ayudas directas y demostraciones en lugar de explicaciones largas.
- Adaptar la duración de las actividades y evitar tareas repetitivas.
- Ofrecer unas normas claras sobre el uso del material. Organizarlo de tal forma que pueda hacer un uso autónomo de este. Favorecer siempre la autonomía y permitir que haga todo aquello que pueda solo/a. Evitar la autoprotección.
- Aplicar programas específicos de autonomía personal, habilidades sociales y educación emocional.
- Promover los aprendizajes prácticos, útiles y funcionales.
- En la lecto escritura priorizar lo funcional, utilizando metodologías que apoyen la comprensión y asociación de las palabras con el significado.
- Introducir las TIC cuando haya dificultades en la motricidad fina con el fin de no frenar el avance en los contenidos.
En la programación de aula se ajustarán los elementos curriculares a las características del grupo aula y medidas, recursos y apoyos.
Se sugiere aplicar metodologías y estrategias flexibles, participativas, activas que favorezcan las relaciones interpersonales y de respeto. Organizar aulas que ofrezcan una respuesta a la diversidad que cuenten con apoyos y adaptaciones necesarias. También optimizar los recursos para dar respuestas a sus necesidades educativas.
Los materiales deben ser motivadores y deben facilitar el aprendizaje, asimismo las TIC deben ser aprovechadas. Se potenciará el aprendizaje cooperativo y cuando las medidas ordinarias no sean suficientes se pondrá en marcha medidas extraordinarias como las adaptación curricular y la flexibilización. Se deberá partir de las destrezas y habilidades del alumno/a. además la coordinación del profesorado será fundamental.
La evaluación, afectará tanto al alumnado como al profesorado y a los elementos del sistema educativo por lo que será necesario revisarlo de forma continua y sistemática con el fin de comprender como se desarrolla el proceso , si es efectivo, si necesita ser cambiado o determinados ajustes. Se valorarán aspectos como ayudas, apoyos, recursos, metodologías utilizadas.
Para la evaluación inicial se tendrá en cuenta la información recogida en el informe personal de etapa o en procesos anteriores, expediente, información que proporcione la familia o agentes externos. Conviene también evaluar en positivo sin necesidad de centrarse en dificultades. Para la autoevaluación se podrán utilizar mapas mentales, rúbricas, organizadores gráficos, portafolios, paneles de instrucción…haciendo un seguimiento trimestral. En la evaluación final se incluirán orientaciones para el curso siguiente.